En México, casi 100,000 personas están desaparecidas
Yacen en tumbas clandestinas esparcidas por el desierto, mezcladas en fosas comunales o cortadas en pedazos y esparcidas en las laderas desecadas.
Enterradas sin un nombre, a menudo todo lo que queda una vez que sus cuerpos se han ido son las tripas vacías de una persona: una sudadera ensangrentada, una blusa con volantes, un vestido hecho jirones.
Por todo México, las madres deambulan bajo el sol abrasador, hurgando en la tierra y olfateando el olor delator de la carne en descomposición, esperando un fragmento que apunte hacia su hijo o hija desaparecidos.