Jueces sin rostro

La ejecución del juez federal Vicente Antonio Bermúdez, a plena luz del día en un lugar público, generó fuerte impacto en todo el sistema mexicano de procuración de justicia.

De inmediato se plantearon exigencias de brindar mayor seguridad a los jueces, en particular los vinculados a casos de alto impacto.

Entre las opciones se mencionó la figura de “Jueces sin rostro” que es una alternativa para proteger la identidad y por lo tanto la integridad de los impartidores de justicia.

I. Impulso constante. La relación institucional entre Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, y José Antonio Meade, secretario de Hacienda, tiene un extra que beneficia a la población: su amistad. Y esto se refleja en la intensa coordinación que el gobierno de Chiapas tiene con la SHCP para el financiamiento de los proyectos de desarrollo. Los chiapanecos han recibido beneficios permanentes desde los meses en los que Meade estuvo a cargo de Desarrollo Social.

V. ¿En la tablita? Javier Bolaños Aguilar, diputado federal, denunció ante la Contraloría Municipal a Cuauhtémoc Blanco, alcalde de Cuernavaca, por no acatar lo establecido en la ley, para que las tiendas de autoservicio en el municipio no cobren el estacionamiento a sus clientes. La ley fue aprobada en febrero de 2015, pero su aplicación no aparece reflejada en los ordenamientos municipales.

Padrés es tóxico
Guillermo Padrés ya cayó. Tal parece que no se quiere ir solo. Está buscando acompañante en el tobogán. ¿Será acaso Ricardo Anaya?
El dirigente nacional del PAN está en riesgo de descarrilar su liderazgo y, claro, sus aspiraciones para el 2018.
La versión de que se recibió a Guillermo Padrés en el bunker del PAN sabiendo que hay una ficha roja para ubicar al ex gobernador de Sonora es corrosiva.

IV. Avestruz. En la última semana una decena de personas perdió la vida en ataques de la delincuencia organizada en diferentes puntos de Morelos. Matías Nazario Morales, diputado federal, ya lanzó un grito de auxilio a la Secretaría de Gobernación. “Repruebo de manera tajante que a pesar del reclamo y la indignación social, el gobernador del estado y sus encargados de la Seguridad Pública y la Procuración de Justicia, insistan en decir que en Morelos no pasa nada y que las estadísticas delincuenciales han mejorado, aunque las víctimas día a día continúan”.